Los beneficios esperados del cambio cultural intencionado son tan grandes que justifican los múltiples esfuerzos y altos costos de patrocinarlo, dirigirlo y sostenerlo.
Sin embargo, la inercia inherente a todos los procesos de cambio organizacional, determina una constante tendencia a regresar al estado anterior aunque se haya logrado los resultados o transformaciones esperados, en un momento dado.
¿Cómo no dar vuelta atrás?, ¿Cómo lograr un cambio sin reversa?, ¿Cómo no desandar lo andado?
Experiencias exitosas en la gestión del cambio, apuntan a la necesidad de administrar tres secretos para lograr el cambio cultural:
Procedimientos: determinan las actividades y las interrelaciones necesarias para sostener el cambio y alcanzar los resultados, así como excluyen aquéllas que la organización no debe seguir realizando, en virtud de los objetivos y beneficios esperados.
Indicadores: definen las variables y medidores que enfocan los cambios, los beneficios y los resultados requeridos en la organización, con el fin de contar con información relevante acerca de qué tanto se va avanzando en el proceso de cambio.
Comportamientos: incluyen la clarificación de los comportamientos que resultan aceptables y no aceptables para el nuevo propósito; en este contexto, la definición de competencias puede ser una valiosa ayuda para apalancar el cambio cultural y orientar la gestión del talento humano en la organización.
¿Quieres compartir tu experiencia o conocimiento de una experiencia exitosa de cambio?
Si la atención de los directivos, ejecutivos y operarios de la organización se sintoniza en torno a los procedimientos estándares, los indicadores de gestión y los comportamientos valiosos, y no en la resistencia al cambio, la organización estará “blindada” contra la vuelta atrás… Habrá cambio cultural sin reversa, y todos los esfuerzos y costos tendrán sentido.
¿Te la juegas por el cambio o por vencer la resistencia al cambio?
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